El pasado 10 de Mayo, con motivo de la celebración por el Día de las Madres, compartí en redes sociales el siguiente texto acompañado por fotografías, en el que contaba la historia de mi madre y de las arquitectas que trabajaron en la construcción de la emblematica Macroplaza de Monterrey:
Hay mamás extraordinarias y luego está la mía:
Esta es una foto histórica de Monterrey en los 80 cuando se construyó la Macro Plaza. Aparecen políticos y personalidades en un recorrido de obra entre los que destacan Alfonso Martínez Domínguez, gobernador del estado; el Ing. Hernán Guajardo Garza, director de la Policía Judicial; el Arq. Óscar Bulnes Valero, autor del proyecto y su socio Benjamin Félix, los alcaldes de Monterrey y San Pedro Garza García entre otros señores pomposos.
La ÚNICA mujer que aparece en la foto, es mi madre. Arquitecta supervisora de más de 300 hombres trabajadores. Ella fue responsable de la construcción del Teatro de la Ciudad y el edificio de INFONAVIT.
En su primer día de trabajo, uno de los arquitectos responsables le sentenció: "Yo no trabajo con mujeres". El nombre de ella no aparece en ninguna de la placas conmemorativas, ni el de ninguna de las poquísimas mujeres involucradas en el proyecto. Era la costumbre. Hay personas que creen que escriben la historia, pero hay otras que la construyen y ahí está mi mamacita
La ciudad sería un mejor lugar si fuera diseñado por mujeres, se los aseguro. Entonces, si a usted le falta madre, puede tomar un poco de la mía, a mi me sobra.
¡Feliz día a todas las mujeres que sostienen el mundo!
P.d. Incluso mi mamá considera que a la Macro ya le urgen unas intervenciones
El texto llegó a viralizarse localmente, causando asombro y reconocimiento entre muchos que desconocían esta parte de la historia de Monterrey. Se llegó a hablar de modificar las placas conmemorativas que adornan el inmueble para incluir en ellas los nombres de todas las mujeres arquitectas y trabajadoras anónimas que faltó mencionar en su momento; invitaron a mi madre a conferencias y entrevistas para que contara su historia de viva voz, y le enviaron un sinfín de mensajes hermosos llenos de felicitación, que les aseguro, la hicieron sentir poderosa, acompañada, y en sus propias palabras, orgullosa de que "en estos tiempos" ya hubiera una comunidad sólida de arquitectas mujeres que defendían su lugar en la profesión.
Arquitectura es un vocablo femenino, igual que Historia, Ciudad, Justicia y Resiliencia. Me encantan estos trucos del lenguaje. Sin embargo, este primer lunes de Octubre que se celebra el Día Mundial del Arquitecto, no puedo dejar pasar que hace apenas la semana pasada—el jueves 27 de Septiembre—el Capitulo Monterrey de la Academia Nacional de Arquitectura, homenajeo en su tradicional sesión mensual al que ha sido probablemente uno de los arquitectos mas machistas de esta ciudad. No voy a citar su nombre porque no deseo darle ni siquiera ese espacio en mi muro, pero si quiero anotar que fue precisamente él, quien le dijo a mi madre en su primer día de trabajo (y a cada mujer que pasó por el proyecto) su lapidario "Yo no trabajo con mujeres".
Varias mujeres que forman y han formado parte de la Academia y su organización, estuvieron ahí aplaudiéndole y celebrándole. Las mismas que meses atrás aplaudían y celebraban historias como las de mi madre, defendiéndola y exigiendo justicia histórica; las mismas que a su vez, tengo certeza, han sufrido de gestos y tratos machistas del mencionado arquitecto, en su desarrollo profesional en esta ciudad o al menos, en su participación en la Academia.
Ellas no van a hablar ni comentar nada al respecto de este escrito. Las entiendo y respeto. Pero si hay algo que definitivamente no voy a hacer, es dejar pasar este bochorno. Aquí, aunque sea en este muro, se está escribiendo la otra parte de la historia.
Todas las mujeres (al menos) de la comunidad arquitectónica de esta ciudad deberíamos hacer frente común para que la sociedad deje de homenajear la trayectoria de figuras machistas, poco creativas y hasta obsoletas. Por cierto, nunca fue secreto a voces que la obra pública mas destacada del fulano arquitecto, es de hecho, un plagio. Varias de sus obras privadas en la ciudad comparten situaciones parecidas. Es entonces que no entiendo ¿Por qué tanto alboroto? ¿Les debemos algo a estos señores? Ellos nos deben al menos, una disculpa, y nosotras, nos debemos a nosotras mismas, respeto y reconocimiento.
Si permanecemos neutros en las situaciones de injusticia, hemos escogido el lado del opresor. Ojala sirviera este momento del presente para que la Academia Nacional de Arquitectura se detuviera a reflexionar lo desequilibrada que esta la balanza (otro vocablo femenino) sobre la cantidad de expositores masculinos que han tenido a lo largo de sus 26 años, frente a expositoras femeninas. Otra balanza ¿Cuántos de sus miembros, eméritos, capitulares, honorarios y de número, son mujer? Raro, en un Monterrey dónde el 50.6% de la población, es femenina. Por cierto el vocablo "Academia" también es mujer.
La "historia", es mujer; el "presente", es neutro, y el "futuro" ¿masculino?. Si dejamos las cosas como están, así será.
Ahora, cierro con esta frase de la reinota Zaha Hadid, arquitecta iraquí que se abrió paso en la profesión a pesar (a pasar) de su sexo, origen, nacionalidad y época, siendo ademas, la primer mujer en obtener el Pritzker (en que le concedieran, porque muchas lo habían merecido antes) cuando el premio celebraba 25 años de historia en 2004 (Al día de hoy, con 43 años de historia, el premio solo ha sido otorgado a 6 mujeres):
"¿Seguirían llamándome diva si fuera un hombre? Si eres hombre, eres visto como alguien duro y ambicioso, pero, está mal visto cuando una mujer es ambiciosa (...)
Sí, soy feminista porque veo a todas las mujeres inteligentes, talentosas y duras. Creo en la habilidad femenina; y en el poder y la independencia femenina (...)
¿Qué he tenido que pagar más caro? El hecho de ser mujer, inmigrante, querer ser pionera, ser rica... todo eso: La combinación entre una mujer inmigrante, árabe, autosuficiente y que hacía cosas raras no me facilitó nada las cosas".
Zaha Hadid.
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