Diseñado y construido por el premio Pritzker mexicano Luis Barragán en 1984 para conmemorar el 100 aniversario de la Cámara del Comercio, el Faro, pertenece al municipio de Monterrey y por decreto presidencial, fue declarado Monumento Artístico Nacional (INBA, 2001). Sin embargo, hoy permanece ‘enjaulado’ entre unas espantosísimas estructuras que no permiten ni leer la placa conmemorativa en él dispuesta, además de la muy indigna jardinería que lo rodea.
Este monumento se encuntra desafortunadamente colocado en un costado de la Plaza Zaragoza, a unos cuantos pasos del arroyo vehicular, por lo que su apreciación es difícil. Hace poco unos amigos de Mérida visitaron la ciudad y quisieron tomarse una foto en el faro. El resultado fue una foto familiar frente a una “reja” cualquiera en un "jardín" de mal aspecto y lleno de lodo. Es increíble que la magnitud de este monumento no merezca una gran explanada que lo rodee con el suficiente radio para que pueda ser apreciado y disfrutado no tan solo por los regiomontanos sino por todos los visitantes de la ciudad.
Me ha tocado ver que en ocasiones es utilizado como fondo de pantalla por parte del Casino Monterrey para proyectar cosas horribles como las iniciales de las personas que están celebrando su boda en alguno de sus salones, o el logotipo de alguna empresa que alberga un congreso o reunión en sus instalaciones, y ¿Saben? Nadie les dice absolutamente nada.
Pocas ciudades en el mundo tienen la dicha de contar con un monumento público diseñado por el gran Luis Barragán que si bien, los conocedores no me dejarán mentir, revolucionó en muchos sentidos los fundamentos del diseño y la arquitectura mexicana de su época, convirtiéndose en un fenómeno mundial. Pero también, pocas ciudades en el mundo tratan a sus monumentos dela forma en que Monterrey trata a los suyos. Ya no sé si es por falta de presupuesto, de atención, o de cultura, o simplemente porque el arte no forma parte de la lista de prioridades de las autoridades ni municipales ni estatales.
Lo que si me indigna es que cada mes se reúnen en el casino Monterrey (justo enfrente del faro) la Sociedad de Urbanismo a sesionar, del mismo modo en que cada mes se reúne en el Museo de Historia Mexicana (a unos metros del faro) la Academia Nacional de Arquitectura, con los arquitectos de mayor prestigio del estado junto con un sinfín de estudiantes de arquitectura de diversas universidades, a dialogar sobre el deber ser de la arquitectura en nuestro estado y de plano NADIE, ningún arquitecto, ningún urbanista, puede decir algo al respecto
Ya no sé si se trata de celo profesional, egoísmo, soberbia o ignorancia, pero el Faro del Comercio tiene varios años así, y nadie se ha pronunciado. ¿O qué me dicen de cuando hace un par de años, todos ellos se indignaron y corrieron mares de tinta y protesta en diversos medios de comunicación al enterarse que las cenizas de Luis habían sido extraídas de la Rotonda de los Hombres Ilustres en Jalisco para hacer una polémica ‘obra de arte’? ¿Es que no pueden hacer la misma protesta ahora?
Ojala el alcalde que resulte electo en esta próxima contienda se decida a tomar cartas en el asunto. Luis Barragán, perseguidor de la belleza y el buen gusto, se volvería a a morir si viera esto, sin duda.
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